En lo que vas y vienes te entretienes

Sí, me fui y he vuelto, se ha hecho largo y corto a la vez, largo porque parece que he estado mucho tiempo, corto porque se ha pasado muy deprisa, es lo que tiene. Duermes poco, vas, duermes menos, vuelves, duermes algo más (y sigue siendo poco). Pero entre medias...
· Encuentras un extraño que aún balbucea dormido cuando le preguntan que qué hace en una habitación ajena, en una cama ajena, ah, es que hubo una fiesta ajena, claro, y por eso te cuelas en la habitación de otro, lógico.
· Alucinas com campañas de reciclaje y compostaje que están a años luz de las de tu universidad propia.
· Encuentras entre tanta gente a una de las pocas personas que conoces en Madrid, y no llegan a 5...
· Piensas que si la gente usara las escaleras normales en lugar de las mecánicas no necesitaría ir al gimnasio, pero nadie las usa, bueno, nosotros.
· Ríes a carcajadas en un local público, y te miran raro, hay gente que no entiende el humor absurdo.
· Te mojas porque en un paragüas no caben bien tres personas, y porque prefieres mojarte e ir saltando charcos si a cambio no tienes que cargar con él toda la noche. Además es divertido.
· Visitas casas estudiantiles totalmente diferentes, léase, chalet adosado sin decoración, sofá roto, cubos de basura llenos y esas cosas, y piso con estantes llenos de figuritas de cristal, gramófono y teléfono de la época, edredones a juego y televisión de los 50.
· Haces de guía aunque no te conozcas nada porque ya tienes una reputación y porque, todo hay q decirlo, acabas encontrando los sitios.
· Bailas, bailas, bailas... y amanece.