viernes, septiembre 30, 2005

Adios a septiembre

El otoño empezó hace una semana y no me di cuenta, yo suelo darme cuenta de esas cosas. También me doy cuenta de que tengo amigos que van y vienen, es decir, que se tienen que ir pero siempre volverán y, sino, voy yo y todo arreglado. Sin embargo tengo otros amigos que se fueron y no se muy bien porqué. Tampoco es que yo suela pedir explicaciones de esas cosas, o sí, pero si no te responden es lo que pasa. Que todo se acaba y al final te quedas pensando si la culpa, después de todo, no será tuya. ¿Llamo? ¿No llamo? Al final siempre acabo llamando porque me canso de esperar la llamada, o porque no me queda más remedio, como ahora, bueno, como dentro de una semana, no se, algo queda. Y se que no sabré qué decir, cómo actuar, supongo que haré lo de siempre, fingiré que no ha pasado nada, que no pasa nada. Pero se me nota. Lo se. Hay cosas que no puedo (ni quiero) disimular. Quizá sea por eso. O quizá no. Pero yo me suelo comer mucho la cabeza, siempre me lo dijo. Y se que espera que llame porque sino ya nada tiene remedio. Sin embargo, yo no espero nada a cambio. Ya no.

miércoles, septiembre 28, 2005

Gaudeamus igitur

Cuando yo digo que me gustan los miércoles es por algo, porque me gustan las esdrújulas lo primero, porque hoy me han enseñado a contar, entiéndeme, para hacer un inventario, que la EGB quedó atrás hace tiempo, bueno, no tanto tampoco : P y porque dentro de un ratito me voy a comer de gorra, sí, porque es la inauguración oficial del curso universitario y por hacer el esfuerzo de ir y ver un poco a la gente y tragarte un trozo del discurso que den (solo un poco que ya lo tenemos previsto todo jiji) tenemos derecho a degustar el cáterin que, por cierto, suele estar muy bien, con sus pastelitos de postre y todo.

domingo, septiembre 25, 2005

Must win

Como seguramente no lo sepais yo os lo digo, se ha celebrado el Campeonato del Mundo de Agility 2005 en Pucela City, y puedo decir eso de "yo estuve allí" (porque me regalaron entradas, vale, pero estuve) y estuve con compañía (con dos compañías (holaaa!)) pero hoy he ido sola, porque ya no tenía más entradas básicamente, allí he estado desde antes de las 9, que no es normal madrugar tanto un domingo, qué campeona; me he llevado la cámara con pilas recién recargadas y el trípode, muy importante, y ganas de pasarlo bien y de hacer amigos, claro, y sí, han salido fotos muy chulas que ya pondré por aquí o por el flog (yo lo acorto, qué pasa) pero aún no, que no tengo el fotochop instalado (y se me acumulasn las fotos, sí), y sí también he hecho amigos jijiji.
Muy majos los perros y las aficiones, los franceses lo bailaban todo, de una forma muy suya, pero lo bailaban. He visto un templario, un león, un perro con la crin roja y un japonés muy majo que no se muy bien de qué iba, pero todo el mundo le hacía fotos y yo no voy a ser menos jijiji, y ya que estaba por allí les he pedido una banda de esas que tienen ellos para la cabeza, y me la han dado, : D (vale, he ofrecido hasta el coche a cambio), ya que estaba por allí he entablado conversación, en inglés claro, que mi japonés llega al nivel de haber dicho kawaii, kanji y arigato. Y me han dicho que se llama hachimaki y he pedido la traducción y la pronunciación de lo que ponía, y me lo han escrito y todo, y me han dibujado a mi perra con un hachimaki puesto también, y me han ofrecido un caramelo japonés que estaba muy rico (mi última experiencia con dulces japoneses fueron unos bombones de chocolate y algas de sabor indefinido, quizá el famoso umami) y ahora estoy pensando un sitio donde colocarlo (aunque también pienso ponérmelo) y estoy pensando también que debería ir a comer algo (que ya es hora) y, que sí, que estoy un poco acelerada.

Editado: enlazadas las fotos.

jueves, septiembre 22, 2005

7' 37"

Hay gente que habla muy deprisa, y te contagia, y cuando les respondes te da la impresión de que tienes que hablar también muy deprisa, y pensar rápido lo que tienes que decir, porque hay que pensar antes de hablar, (al menos a veces, que luego hablo sin pensar), y hay que pensar rápido para hablar rápido, porque te da la impresión de que hablan rápido para exprimir mucho su tiempo y que parezca que hay más, aunque el tiempo es siempre el mismo, pero juega a alargarse o estirarse o encogerse hasta casi desaparecer, y entonces te da la sensación de que has dicho muchas cosas en muy poco tiempo, aunque casi no hayas dicho nada, y luego cuando te callas te queda una sensación de romper la continuidad de las cosas, porque ya estabas cogiendo carrerilla pero la conversación se acaba y no puedes hablar con nadie más, porque hablar sola está mal visto, aunque no te vea nadie, y además no te puedes contar nada nuevo porque ya te lo sabes todo, y los nuevos comentarios te los haces por dentro porque ¿ahora quién va a romper el silencio?

lunes, septiembre 19, 2005

Yo fui niña mochila

Los niños mochila abren mucho los ojillos para ver bien todos los detalles del camino, para disfrutarlos en el momento porque saben que van a olvidarlos, que sus mejillas sonrosadas van a perder ese aire de niño de cuento y que, si no se lo recuerdan, olvidarán incluso que fueron niños mochila. Pero cuando vuelven a esos lugares algo se activa en ellos y son felices de nuevo, y quieren grabar todo en sus retinas ahora que se han prometido no olvidarlo. Y recuerdan cuando les despertaba la algarabía de los pájaros y los cucos (y los grillos que cazaban) no les dejaban dormir, cuando comían moras, jugaban entre los árboles, les picaban las ortigas o buscaban fósiles por el suelo. Y cuando están en medio de un bosque o trepando por los riscos se acuerdan de que siempre les gustó subir a la piedra más alta. Y les da pena que en el nacimiento de un río haya poco agua y las cascadas se sequen (y que haya embalses al 25%). Pero les impresionan las piedras arrastradas por los glaciares y la forma en que les mira un ciervo a la luz de la luna. Y quieren repetir.

martes, septiembre 13, 2005

Ah ¿pero hoy era martes 13?

Situación ridícula del día:
Que cuando te estés cepillando los dientes te pregunten algo y contestes con el cepillo en la boca, que tu padre te haga burla repitiendo el galimatías, que te eches a reir provocando una "fiesta de la espuma".

Pero con tus dientes brillantes vas a la biblioteca feliz como una perdiz (1, 2, 3, repita otra vez) y te das cuenta de que:
· La sensación de soledad y silencio absoluto va a durar toda la tarde.
· Prefieres las taquillas impares, preferentemente las situadas en una zona media-baja.
· Prefieres repetir taquilla antes de arriesgarte a ocupar una nueva (más vale taquilla conocida...)
· Prefieres repetir sitio o, al menos, zona. (ver anterior)
· Prefieres repetir biblioteca aunque tengas que cruzar la ciudad de punta a punta porque parece que entre la Química Coloidal y los cactus medio secos de la ventana te concentras mejor.
· Hoy es tu último día como estudiante de clausura : D (al menos hasta que llegue febrero, pero eso es ya otra historia.)

martes, septiembre 06, 2005

Good vibrations

Lunes 5. Concierto del canto del loco.

Plaza mayor. 10 de la mañana.

Enviados especiales informan de la existencia de grupos organizados de chicas (y algún chico) guardando sitio, pertrechados con víveres, paraguas para el sol y pancartas con diversos lemas. Edad media: 13 años.


Calle céntrica cualquiera. 6 de la tarde.

Gente que vuelve y gente que va, intercambio de clientes. Vamos a un parque, charlas, niños en atracciones, fotos tontas, vías, trenes, casas derribadas, árboles cortados.


Mi habitación. 9 de la noche.Resumen.

-¿sales hoy?
-no
(-¿vas a ir al concierto?
-no
-vente
-voy)
-q sí salgo
-vale

Hago los deberes y escucho dos canciones del grupo para que luego no me suene a chino. Las intercalo con otras para que la impresión sea menor.


Centro ciudad. 10 de la noche.

Calles llenas de gente. Hola. Hola. Presentaciones. Risas. Buenas impresiones. Vamos al concierto.


Plaza Mayor. 11 de la noche.

No cabe un alfiler, nos quedamos al fondo, no todos, hay quien se atreve a avanzar, yo no. La música no se oye bien, canciones lentas, esperaba otra cosa, blablabla pucela, aplausos, doy saltitos, me separan del grupo, vuelvo, risas, que se me llevaaaan, resisto, risas, me protegen aislándome del extremo, sonrío y salto, aplaudo, no me se ninguna canción, me suenan tres, las seisañeras (y no es broma) de al lado lo cantan todo y piden bises, tropiezos, más risas. Esto hay que repetirlo.

domingo, septiembre 04, 2005

Por las ramas

Hoy he visto la foto de un amigo en el periódico mientras estaba con ese amigo, y nos hemos reído. He dado un rodeo al volver a casa para pasar por un parque y he contado al menos diez pavos reales en las ramas de un árbol, he encontrado una pluma (pequeña) de uno de ellos y me la he guardado con cuidado en el bolsillo. También he fotografiado un hombre gris. Tengo que empezar a estudiar en serio, que ya es hora.

viernes, septiembre 02, 2005

Una foto, un caminar y sonrisas por doquier


Soy animal de costumbres y como siempre uso un programilla para subir las fotos he descubierto recientemente que puedo escribir al lado si no lo uso porque para estas cosas blogger tiene otros medios también. Y estoy orgullosa de haberme acordado.

A veces cuando voy por la calle pienso cosas y sonrío, a veces no sonrío o no pienso, o hago otras cosas. Hoy sonreía y pensaba, son ideas que vienen y luego van y ya no las recuerdo, solo recuerdo la sensación. Mis andares son un claro reflejo de mi estado de ánimo, creo q también influyen los zapatos, según el calzado y el humor he observado que camino de distinta manera, pasos cortos, pasos largos, como a saltitos, pisando fuerte, pisando flojo... es curioso el juego de pies y las fintas cuando voy a esquivar a alguien en el último momento y, claro, a veces me miran de reojo, que yo me doy cuenta de esas cosas. Vale, a veces no me doy cuenta, porque voy a lo mio, y esto es habitual, pero no me importa, qué sabrán ellos.

Hola, hola que tal, ¿vamos?, sí. Y hemos ido. Y hemos visto tatuajes en papel y no nos han gustado, pero como no íbamos a eso no ha pasado nada. Y en la salita donde yo he estado todo el rato he visto el sofá cebra y otras cosas y ahora me siento en la obligación moral de compartirlo.

He tenido frío en una cafetería, he hablado de mi, aunque a veces me cuesta, he reído y he caminado de vuelta a casa como de costumbre. He saludado a la carrera (no mía) pero efusivamente y he vuelto a sonreir. A veces pasa.