Hoy cuando ha empezado a llover ni siquiera me he puesto la capucha, caía una lluvia finita, de esa que parece que no aunque también te moja, pero es que a veces me gusta mojarme. Y caminaba feliz, dando brincos invisibles y repartiendo sonrisas calladas mientras todos miraban al suelo y apretaban el paso, y así, de repente, he recordado grandes discusiones tontas sobre cosas pequeñas, pero es que a veces las cosas pequeñas también son importantes.
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