En la Antártida, si no hace viento, no se oye absolutamente nada. Quizá las focas cantando debajo de la capa de hielo.
Tiene que ser una sensación extraña la de no oir nada, como cuando estás en una cueva. En una cueva vacía, me refiero, y muy abajo.Pero lo malo de las cuevas es la humedad.
Los molinos también son muy húmedos, aunque no sean silenciosos.
Estoy en un molino.
Fuera hace mucho viento, la puerta se golpea y la luz se ha ido ya siete veces en tres horas. Cuando se va la luz empieza a pitar una alarma, es un pitido agudo, penetrante, continuo, que no cesa cuando vuelve la luz.
Al menos tengo calefacción.
2 comentarios:
Uffff.
Maravillosamente hilada esta entrada, querida.
Al menos, sí, al menos.
Verificación de palabra de hoy: consta.
Ahora la veri es: oushin.
Algo malo ha sucedido en el blogomundo.
Cambio y corto.
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