Otra vez con la casa a cuestas. Llevo un libro en la cartera y un ordenador en la mochila. Y 15 días sin usarlos.
La nueva rutina es "ducha-desayuno-caminata-comida-caminata-cena-dormir", casi sin tiempo propio, porque mi tiempo me lo absorben sin que me de cuenta, (creo que los hombres grises se están fumando mis flores horarias).
Hoy disfruto del tiempo libre, todo el día, sólo para mí. Y el portátil volverá a la oficina. Y el libro saldrá de la cartera. Aunque sea sólo por hoy.
Y mañana otra vez a trotar por los montes y hablar con las gentes.