Me acaloro

Hay muchas cosas que me gustan (soy fácil de contentar, qué le voy a hacer) pero también hay cosas que me disgustan y/o me molestan, como, por ejemplo, que un profesor en mitad de clase falte al respeto a sus alumnos por que sí, sin razón y haciendose el gracioso y que aparentemente nadie se de cuenta y/o le rían la gracia. No creo que se sienta superior, (que también) si no que nos cree inferiores, en bagaje intelectual, linguístico, cultural... y me molesta que la gente en general se haga una idea de cómo eres por la edad que tienes, cómo vistes, cómo hablas o cómo te cortas las uñas.

Como hoy es día de quejas sigo: no me gusta que haga tanto calor en estos días, por favor, que se supone que tengo que estudiar, que los exámenes empiezan en dos semanas y necesito motivarme, no estar pensando en ir a un parque a tomar un poco el fresco. Y es que ayer estuvimos visitando una planta de tratamiento de residuos en Madrid, (y el vertedero adyacente) y pensaba para mis adentros (para mis afueras no, que luego me dicen que doy mucho la brasa) digo, pensaba "qué calor hace aquí, pobrecitos, sí que les tienen que pagar bien porque cualquiera soporta esto, y a ver si me compro de una vez una gafas de sol porque me van a entrar agujetas en los párpados de tanto guiñar los ojos, menos mal que en Valladolid hace más fresquito porque aquí ni corre el aire" e ideas semejantes, pero claro, lo malo de hacerse ilusiones (y yo que creía que ya estaba escarmentada) es que luego te estrellas contra la dura realidad, porque nada más volver te bajas del autocar tan contenta porque estás pensando en la ducha que te vas a dar para quitarte ese olor y para refrescarte un poquillo que ya lo has pasado bastante mal durante el resto del día y "ahora me doy un paseíllo y me relajo (más)" pienso y entonces, al bajar del autocar te tragas una bocanada de calor asfixiante y, encima, contaminado, porque por lo menos en mitad del páramo no había polución.