Viernes tarde. Vacaciones. Autobús semilleno. Cinco horas por delante. Película mediocre que suena por los altavoces. Sube una señora que se sienta junto al conductor. Se conocen. Anochece. Charlan. De coches. De fútbol. De estrellas. Se oye más a la señora que a la película. Nos ilustra:
-Eso no es una estrella, brilla mucho y no se ve ninguna más. Eso es la estación espacial. Y la otra que se ve... eso tampoco es una estrella, es un avión.
Aquí la supuesta estación.
1 comentario:
Un gatito ha muerto por culpa de esta entrada. Lo sabes, ¿verdad?
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