miércoles, noviembre 16, 2005

Encuentros y desencuentros

Me cuesta escribir, se me ocurren cosas que contar pero cuando me pongo a ello no me salen. Será el otoño. O quizá el otoño sólo sea la excusa. De todos modos suele ocurrirme que me ocurran cosas y piense "ah, mira, esto tengo que recordarlo" o "qué curioso,tengo que contarlo" pero luego lo olvide o se pase el momento (oportuno o no) de decirlo. Ya he pensado eso de ir con una libreta para apuntar todo, pero nunca lo hago, nunca llevo la libreta quiero decir, antes solía llevar papelitos, folios doblados y un boli para anotar cosas o simplemente hacer garabatos, pero ahora ya no, no se porqué. Quizá porque luego se me pierden esos papelitos y no quiero. El caso es que hoy iba a escribir algo y he olvidado el qué, y así estoy escribiendo esto, que también es algo, aunque otro algo.
El otro día me encontré a mi gurú musical,hacía mucho tiempo que nos veíamos pero los dos teníamos prisa así que fue bastante soso el encuentro, lo raro es que vivamos a 50 metros y solo nos encontremos una vez al año y de casualidad, parece ser que los dos tenemos la misma desidia a la hora de cuidar amistades.
Me molesta y me cabrea la actitud pasiva de la gente ante hechos que nos (les) afectan directamente, cómo evitan influir en su propio futuro y cómo (seguro) luego protestarán porque las decisiones que se tomen no son las adecuadas. Me molesta y cabrea que me contagien esa actitud cuando yo tengo voluntad de actuar y que ellos, sin hacer nada, sólo pasando, sean más fuertes que yo; pero agota movilizarse por gente que no pone nada de su parte más que desanimarme con su pasividad. Seguiré intentándolo.

4 comentarios:

E. dijo...

Siempre hay algo sobre lo que escribir, como por ejemplo escribir sobre que no tienes nada que escribir. Por ejemplo. Es como lo de pensar. Piensas en que no piensas nada. Y cosas así. Y a mí todo esto me hace reír. Y esas cosas. Ummm, saludos. El otoño me gusta, lo que pasa es que no me gusta que no se amarillen suficientemente las hojas del paseo que hay enfrente de mi casa. Bueno, del paseo de enfrente a la izquierda, de los árboles de...ummmm, pues eso, que son árboles grandes y las hojas están verde-amarillentas. Con un verde soso más bien, y no, no me convence el tono. Las del paseo de enfrente a la derecha están rojas, son más pequeños los árboles, pequeños y rojos. Ummmm, saludos.

siquis dijo...

Pero piensas que no piensas nada después de realmente no haber pensado nada, y es cuando te das cuenta de que no pensabas.
Claro, lo entiendo, el otoño es para los cambios de color, ahora ya está el suelo lleno de colores, de hojas mojadas que huelen a humus, que aunque no crujen me trasladan a otros sitios, lejos de tanto ladrillo. ¿Ärboles rojos dices? : ]

nadadora dijo...

Como dices que seguirás intentándolo, pues nada :)

siquis dijo...

Cabezonería lo llaman ; )