domingo, abril 26, 2009

Correrías

Mi compañera de trabajo se va todos los días a correr más de media hora, yo duré una semana y porque en el camino podía coger manzanas y uvas. En cuanto cambiamos de pueblo y vi la primera cuesta dije basta, y me dediqué a andar, que es mucho más entretenido y me dejaba más tiempo para coger brevas y almendras. Además la música no molesta cuando caminas y a mi, al correr, me condiciona el paso. Por eso prefiero correr sin música y, claro, me aburro. Porque correr, por el simple hecho de correr, aburre. Por eso he decidido hacerlo con un propósito: calentar los músculos (porque a este paso se me van a soldar los huesos entre sí) y luego darle patadas a un balón sin peligro de lesionarme (otra vez). Porque es mucho más divertido hacer ejercicio jugando.

Ahora caigo en que Filípedes también corrió con un propósito y fijaos cómo acabó :S

2 comentarios:

Filípides dijo...

Sucia bollera, no oses compararte con un guerrero tan bravío como yo.

Jo. dijo...

Hay quien dice que correr es de cobardes.